Hasta hace muy poco tiempo, el único acercamiento que se tenía hacia la psicoterapia era por programas de televisión, algunos relatos, anécdotas de alguien que había acudido y una serie de suposiciones basadas en lo que se creía que ocurría en un consultorio psicológico.
A pesar del acceso a este servicio y de la desestigmatización gradual que se ha visto en la última década, aún existen dudas y algunos cuestionamientos sobre como es el proceso que se vive cuando se acude con un profesional de la salud mental.
A continuación explicare los mitos más comunes y la realidad que le acompaña:
Psicoanálisis.- uno de los errores más grandes es el usar el psicoanálisis como un sinónimo de psicología. Resulta pues, que el psicoanálisis es una corriente psicológica que sostiene que los impulsos y los instintos que son reprimidos permanecen en el inconsciente y afectan a la persona en el desarrollo de toda su vida. Así como existe el psicoanálisis, también existen otras corrientes dentro de la psicología, como lo son el conductismo, la terapia Gestalt, entre otras que en algún otro momento explicare. Por lo tanto, un psicólogo no es necesariamente un psicoanalista, pero un psicoanalista si es un psicólogo de formación.
El diván.- si es esperas llegar a la terapia y acostarte en un cómodo diván, probablemente tu expectativa se vea frustrada al ver otro tipo de asientos. Precisamente el diván era utilizado anteriormente por los psicoanalistas clásicos al buscar la comodidad de los pacientes al grado de poder expresarse tan ampliamente como si estuviesen descansando. Hoy en día, no necesariamente ocurre así.
Plática.- a veces también se cree que se acudirá exclusivamente a sostener una plática con algunos consejos, y esto además, cabe señalar, ha hecho que el trabajo de las y los profesionales de la salud sea poco valorado, ya que no falta quien diga que eso lo puede hacer cualquier persona. La realidad es que se trabaja la prevención, el diagnóstico y la intervención de situaciones emocionales, tratamiento de trastornos mentales, y modificación de conducta, entre otras cosas.
Test de las manchas.- efectivamente el test de las manchas existe, se llama test de Rorschach. Y sirve para evaluar la personalidad, aunque debo decir que fue publicado en 1921, por lo que actualmente existen un sinfín de pruebas para evaluar personalidad, actitudes, conductas, inteligencia, vocaciones, etc., más modernas y más prácticas. No es muy común que se aplique el test de Rorschach en terapia.
Años de terapia.- no hay manera de que alguien acuda a terapia por años. En primer lugar porque sería muy costoso, y en segundo lugar, porque nadie tiene el tiempo para pasar años buscando las raíces de sus problemas. Hoy en día, se trabaja más en las acciones y posibles caminos, por medio de estrategias más rápidas y orientadas a las necesidades reales. La terapia cognitivo-conductual, la breve sistémica, y la racional emotiva son algunas de las opciones más comunes.
Insensibilidad.- la imagen de una persona desgarrada llorando frente a un psicólogo insensible y sin un solo gesto es sumamente común en la televisión, y este es otro mito. Evidentemente se deben guardar ciertas formas, y determinado protocolo para que el trabajo sea más formal y profesional, sin embargo, cuando se acude a terapia, del otro lado hay una persona (además de profesional y ética) sensible, empática, con sus propios conflictos, y con la preparación académica y personal para trabajar sus propias emociones y la de los demás.
¿Y tú como te imaginas la terapia?